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Monterrey

El lado verde de la Sultana del Norte

Por: Ivett Rangel

Quien solo piensa en “la Sultana del Norte” como una ciudad para hacer negocios, está perdiendo una oportunidad única de gozar en familia su belleza natural. Y nada mejor en este momento que la vida al aire libre.

Por su ubicación, a Monterrey también se le conoce como “la Ciudad de las Montañas”, pues la Sierra Madre Oriental que atraviesa esta capital se transforma en un parque de diversiones con increíbles experiencias que ponen a prueba las habilidades de propios y extraños. Para este paseo se requiere ropa cómoda, gorra o sombrero, calzado antiderrapante, una mochila resistente y mucho protector solar para aventurarse por sus rincones más verdes. ¡Es hora de divertirse en familia!

Dos símbolos de altura

Esta aventura verde puede comenzar con el espléndido regalo que la naturaleza le dio a Monterrey: el Cerro de la Silla, inconfundible ícono de cuatro picos y eterno guardián de la ciudad. Esta Área Natural Protegida y monumento natural impone con solo verlo a la distancia, pero muchos buscan alcanzar alguna de sus cimas para contemplar la ciudad a sus pies. Basta con pasear en las faldas del cerro para disfrutar de su belleza, pero quienes quieren algo más emocionante pueden escalarlo o hacer senderismo; hay varias rutas para elegir.

Los regiomontanos tienen otro cerro entre sus más queridos, el Cerro de Chipinque, inconfundible por su relieve: su forma de “eme” lo ha convertido en uno de los símbolos de la zona metropolitana de Monterrey. En la ladera norte se encuentra el Parque Ecológico Chipinque, el cual puede recorrerse caminando o, aún más divertido, en bicicleta, pues cuenta con más de 60 kilómetros “rodables”, entre brechas y veredas naturales aptas para todas las edades y con distintos grados de dificultad. Este parque también es hogar de aves y mariposas, lo cual invita a sus visitantes a pasar tranquilas jornadas de observación. Dato curioso: en octubre se transforma en hábitat de las mariposas monarca, ofreciéndoles alimentación y descanso en su camino hacia Michoacán.

 

Observar a la Sultana del Norte
Desde las alturas cambiará tu perspectiva de la ciudad para siempre.
Crédito: Getty Images.

Entre cumbres

¿Sabías que en Monterrey se encuentra el que solía ser el parque nacional más extenso de todo México? El Parque Nacional Cumbres de Monterrey ocupaba una posición privilegiada por sus 246 mil 500 hectáreas, pero en el año 2000, por un decreto de delimitación, su tamaño se redujo a 177 mil 395, abarcando el municipio de Monterrey y otros circundantes, como Montemorelos, Rayones, Santa Catarina, San Pedro Garza García y Santiago.

Dentro de este parque nacional de la Sierra Madre Oriental se practica todo tipo de actividades ecoturísticas y de aventura, desde senderismo hasta cañonismo, así como avistamiento de flora y fauna y descensos en rapel. Lo más importante, aquí están las caídas de agua más conocidas y cercanas al centro de Monterrey: Cola de Caballo y la Cascada del Chipitín.

Las verdes cumbres y los parques naturales de la capital de Nuevo León
Hacen honor a la nobleza de su nombre: Monterrey. Crédito: Shutterstock.

Tesoros de agua

La cascada Cola de Caballo es la más conocida de la zona por sus 27 metros de altura, y se ubica dentro un parque ecoturístico al que le da nombre. Todos los visitantes acceden fácilmente caminando, a caballo o en carreta; también cuenta con un área de pícnic con asadores, mesas y bancas para comer. Indudablemente, este es el espacio idóneo para deleitarse con una carne asada norteña, rodeado de naturaleza.

La del Chipitín es una caída de agua cristalina de casi 90 metros de altura que se puede observar de cerca tras aventurarse en un vehículo 4×4 por caminos de terracería, o bien, a caballo para disfrutar con tranquilidad los hermosos paisajes de pinos, encinos y oyameles. Esta cascada cae en una laguna azul y justo frente a una cueva, por lo que los más osados eligen llegar hasta ahí mediante un circuito de cañonismo y siete líneas de rapel que se adentran en lo profundo de la sierra y descienden en paralelo a la caída del agua.

El Chipitín
Una cascada con casi 90 metros de caída, está rodeada por un bosque de pinos, encinos y oyameles. Crédito: Gustavo Backhoff.

De parque en parque

A escasos 20 minutos del centro de la ciudad, también dentro del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, está el Parque La Estanzuela, al cual acuden las familias para disfrutar gratos momentos al aire libre, rodeándose de cañones, arroyos y pequeñas cascadas. Cuenta con un sendero adoquinado de tres kilómetros desde el cual se puede observar la flora y fauna silvestre, y pasear a un costado del arroyo que lo atraviesa, cuya agua sirve de consumo para la ciudad. También hay palapas y terrazas para poder descansar en todo momento.

La oferta de paseos verdes no se termina en las afueras: dentro de la ciudad hay parques urbanos con numerosas áreas verdes que, al mismo tiempo, cuentan la historia de Monterrey y muestran sus sitios imperdibles. El Parque Fundidora, con 200 hectáreas, es el orgullo de todos los regiomontanos; aquí se ubica la antigua compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, motor del desarrollo de la ciudad de 1900 a 1986, así como el Museo de Sitio de Arqueología Industrial, con 27 macroestructuras, 16 naves y 127 piezas de maquinaria y herramientas siderúrgicas.

El Parque Fundidora está integrado a la Macroplaza y al Barrio Antiguo a través del Paseo Santa Lucía, un canal de 2.5 kilómetros de largo al estilo del Riverwalk de San Antonio, Texas, y que se ha convertido en un imperdible tanto para residentes como para visitantes. Este se puede navegar o caminar en paralelo para fascinarse con puentes, pasos peatonales, restaurantes, esculturas y fuentes que decoran el recorrido.

Esta zona alberga, además, el Museo del Acero Horno 3, el Museo del Noreste, el Muscera y el de Historia Mexicana, así como el Centro de las Artes, el Salón de la Fama del Beisbol y la Cineteca Nuevo León. Si vas en familia, este será uno de los mejores recorridos para visitar con niños, porque aquí también está el Parque Plaza Sésamo, con atracciones acuáticas, juegos mecánicos y espectáculos en donde convivirán con Abelardo, Elmo y el Conde Contar, entre otros.

El Parque Ecológico Chipinque
Ofrece una actividad idónea para tempraneros y contemplativos: la observación de aves. Crédito: Shutterstock.

Sabor norteño y shopping

Para cerrar con broche de oro la aventura: visita el Barrio Antiguo, donde principalmente se concentra la vida nocturna en bares y restaurantes, pero que durante el día también espera a las familias para mostrarles la Catedral Metropolitana, La Casa de los Títeres y el Museo de Arte Contemporáneo, así como las calles empedradas y las históricas casonas coloniales con galerías en su interior que celebran el talento de los artistas locales. En esta área, el ajetreo al aire libre cede por instantes a momentos bohemios y llenos de sabores a cabrito, machaca, asado de puerco y carne asada, todo acompañado de una fría cerveza local. 

Y para no partir de aquí sin un día de compras, te proponemos dos opciones ineludibles: Galerías Valle Oriente y Fashion Drive, en el municipio de San Pedro Garza García. Ambas plazas comerciales tientan al gusto con muy buenas opciones gastronómicas al aire libre, y a la cartera con cientos de tiendas, algunas de ellas en versión pop up. Fashion Drive, además, se ha convertido en otro de los puntos consentidos para la vida nocturna.

Además del Fashion Drive
Monterrey cuenta con espacios de entretenimiento ideales para reponer energía y hacer compras luego de recorrer las alturas Crédito: Shutterstock.

Desde el centro de la ciudad hasta las cimas de los alrededores, Monterrey presume un entorno natural más extenso del que cualquiera creería que tiene, solo hay que organizar a la familia para descubrir el verde más regio.

Vuela a Monterrey
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