La arquitectura de sus barrios antiguos y algunos de sus museos cuentan una historia que vale la pena explorar. Comienza en la plaza Larimer, la zona más antigua de Denver, con icónica arquitectura del siglo XIX. Este fue el centro de negocios de la ciudad durante muchos años. Actualmente, los edificios de esta plaza albergan coloridas tiendas, acogedores restaurantes y concurridos bares.
La urbe ofrece mercados y parques de diversiones, al igual que museos y restaurantes con propuestas interesantes. Para conocer las expresiones locales, visita el Museo de Arte de Denver, que expone una vasta colección de arte indígena, o bien, adéntrate en la casa de Molly Brown, una famosa sobreviviente del Titanic. El Museo de Arte Contemporáneo cuenta con cinco galerías con exposiciones temporales de distintos artistas cuyas obras van de lo inspirador a lo provocativo. Si viajas con niños, visita el Museo de Ciencia y Naturaleza; sus exposiciones de dinosaurios, el planetario y las películas proyectadas en su pantalla IMAX garantizarán la diversión de chicos y grandes.
Caminar y consentirte en el barrio de LoDo (Lower Downtown) te permitirá descubrir una oferta muy variada de restaurantes y boutiques. Otra interesante alternativa son las tiendas del Free Market, el cual se encuentra ubicado en un antiguo edificio histórico que alguna vez fue una lechería y que hoy en día alberga boutiques de moda, gastronomía y diseño.
Si el fin del otoño pide un apapacho, la oferta de cafés en Denver es amplia. Entra con confianza en cualquier lugar que te parezca acogedor. Ya sea para desayunar o para reponerte después de un día de esquí, las cafeterías de la ciudad te recibirán con el aroma de una taza de chocolate caliente y panes recién horneados. Ahora bien, si lo tuyo es explorar los mercados, no te pierdas el Denver Central Market y come alguna especialidad acompañada de una cerveza entre sus históricas paredes y sus coloridos murales.