Permiso para aterrizar

Las Vegas:

un inmenso patio de juegos

Por: Ivett Rangel
Fotos: Mariana Mijares y Cortesía Los Angeles Tourism & Convention Board

Sorprende a los integrantes más pequeños de la familia con una escapada a este oasis de entretenimiento. Aquí la única apuesta es que la diversión está asegurada.

Aquella imagen de Las Vegas como un destino exclusivo para adultos o donde únicamente se puede gozar de noche ya está en el olvido o, al menos, se quedó  en décadas pasadas. 

En esta ciudad todo es una atracción, por eso los hoteles, además de su función esencial, ofrecen espectáculos, restaurantes, parques recreativos y hasta zoológicos. Todo tiene una doble, o mejor dicho, una múltiple funcionalidad para atraer a más visitantes.

La también llamada “Capital del Entretenimiento” ofrece un sinfín de opciones para familias con niños y adolescentes; aquí hay rincones perfectos para cualquier edad. Más allá de las mesas de póker o las máquinas tragamonedas, Las Vegas es un inmenso patio de juegos. Solo hay que prepararse físicamente para conocerlo al máximo. El derroche de energía está asegurado. 

Una vuelta al mundo

Esta ciudad es única porque permite recorrer el mundo en un solo viaje. Un itinerario puede comenzar con el icónico paseo en góndola en The Venetian Resort, subir después al mirador de la Torre Eiffel en Paris Las Vegas Hotel & Casino y admirar la ciudad a 140 metros de altura, e incluso decidir nadar en la piscina que se encuentra justo abajo. 

¿Qué tal viajar al Medievo en el Excalibur Hotel & Casino para ver un torneo de reyes? O hasta el Antiguo Egipto en el Luxor Hotel & Casino para descubrir la tumba del rey Tutankamón o sumergirse en el océano Atlántico para conocer los artefactos hallados en el Titanic; dos exhibiciones predilectas entre los visitantes más pequeños. 

Las Vegas

invita a los más pequeños a recorrer el mundo en un solo viaje: comienza por el paseo en góndola en The Venetian Resort, sube a la réplica de la Torre Eiffel o transpórtate al Antiguo Egipto en el hotel Luxor. Crédito: Shutterstock.

Las Vegas a sus pies

El skyline de Las Vegas es uno de sus rasgos más atractivos, por lo que admirarlo desde las alturas forma parte de cualquier viaje familiar; opciones sobran, pero aquí va otra con poca adrenalina para que desde el más pequeño hasta el más grande se animen a probarla. 

High Roller Observation Wheel, en The Linq Hotel, regala las mejores postales de la ciudad a casi 170 metros de altura tanto de día como de noche, pues opera de 12:00 pm a 12:00 am. Esta noria, la más grande de Norteamérica, tarda 30 minutos en dar una vuelta completa, tiempo suficiente para tomar docenas de fotografías a diestra y siniestra.

También está la icónica Big Apple, la montaña rusa del New York New York Hotel & Casino, en donde se viaja sentado, con seguros en los hombros y en la cintura, sobre la recreación del puerto de Nueva York, por detrás de la Estatua de la Libertad y a un costado del Empire State Building y el edificio Chrysler, aunque a 108 kilómetros por hora se torna complicado apreciar esos detalles.

Si se desea llegar aún más alto, entonces hay que ir al piso 109 de la Torre Stratosphere, en el Strat Hotel, el edificio más alto de Las Vegas con 350 metros, donde desde su mirador se alcanza a observar la ciudad completa y un poco más allá  en días despejados. En caso de adolescentes ávidos de emociones intensas, aquí encontrarán cuatro opciones en cuyos nombres se lleva la promesa: X-Scream, High Roller, Big Shot e Insanity.

La magia de Las Vegas

también está en el desafío de construir una ciudad con lagos, fuentes y jardines en medio del desierto. Crédito: Shutterstock.

Para respirar tranquilos

De la adrenalina también hay que descansar, pero sin la necesidad de encerrarse en un spa. En Las Vegas hay museos y exposiciones temporales en cada hotel de The Strip. 

Hay sitios que juegan con las emociones a través de escenarios plenos de luz y color: el Iluminarium, con sus distintas experiencias inmersivas en el Area 15; el Museum of Illusions, junto al hotel Cosmopolitan o el Neon Museum, que se puede recorrer también por las noches.  Aún más sorprendente, el Omega Mart con sus mundos imposibles, surrealistas, sacados de los más extraños sueños.

Para satisfacer el gusto por la fotografía, también está el Museum of Selfies, así como el LINQ Promenade o el museo de cera Madame Tussauds, en el que se hallará inspiración para retratarse con tantas celebridades alrededor. 

En Las Vegas además está  el M&M’s World, la primera tienda de la marca. Son 2,600 metros cuadrados repartidos en cuatro pisos especialmente diseñados para los amantes de estos chocolates, los cuales, por cierto, se pueden personalizar con distintos mensajes. 

Sphere

es el nuevo inquilino de Las Vegas, un estadio esférico de música y entretenimiento que en su interior alberga experiencias inmersivas aptas para pequeños y por fuera proyecta distintos juegos. Crédito: Cortesía Visit Las Vegas.

Refugios naturales

Entre las mesas de ruletas, blackjack y bacará, Las Vegas tiene rincones insospechados en los que la naturaleza resulta ser protagonista. 

En el hotel Flamingo está el Flamingo Wildlife Habitat, con relajantes jardines y arroyos serpenteantes en los que, además de encontrar esas rosadas aves, también verás peces y tortugas. Un espacio gratuito para la recreación en familia. 

El Shark Reef Aquarium, dentro de el Mandalay Bay,  cuenta con más de 2,000 especímenes en sus peceras. Se puede disfrutar solo viendo a través de los cristales o buceando entre decenas de tiburones.

Por su parte, el Bellagio se distingue de otros hoteles por sus magníficas e inconfundibles fuentes danzantes, pero hay otro rincón que merece una visita: los Conservatory & Botanical Gardens, que celebran en grande a la madre naturaleza.

Cada primavera, verano, otoño e invierno, y en especial cada Año Nuevo Lunar, un equipo de horticultores e ingenieros transforma este jardín botánico de 1,300 metros cuadrados en un nuevo escaparate lleno de color, aromas y sonidos.

Para apreciar mejor

el skyline de Las Vegas la High Roller Observation Wheel regala las mejores postales de la ciudad a casi 170 metros de altura, aunque el mirador del Strat Hotel, con 350 metros de alto, también es una buena opción. Crédito: Cortesía Visit Las Vegas.

Con broche de oro

Los niños están igualmente invitados a gozar de la vida nocturna de Las Vegas desvelándose un poco con alguno de los shows del Cirque du Soleil que hacen que esta ciudad se vuelva entrañable para todos.

Están O y su eterno juego con el agua y la contagiosa alegría de The Beatles Love, aunque los más pequeños aman el dedicado al Rey del Pop, Michael Jackson, One. En Las Vegas también se puede ser partícipe del America’s Got Talent Show. 

Y no se puede partir sin visitar el sitio en boga: Sphere, un estadio esférico de música y entretenimiento. Por dentro, en el atrio, se presentan experiencias inmersivas, como Postcard from Earth, y por fuera cualquiera puede entretenerse con los distintos juegos que se proyectan. Si se quiere acudir a un concierto ahí, más vale comprar los boletos con varios meses de antelación y así asegurar la diversión.

El hotel Flamingo

recrea un hábitat parecido al de Florida, con arroyos y jardines para pasear de manera gratuita y ver flamencos y tortugas. Crédito: Cortesía Visit Las Vegas.

Con todas estas opciones, la familia entera comprenderá el porqué a Las Vegas se le conoce también como “la ciudad que nunca duerme”. Así que prepárense, chicos y grandes por igual.

Vuela a Las Vegas

Volaris opera vuelos a Las Vegas desde: Guadalajara y Ciudad de México.

 

 

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